Los orígenes de Cortes se remontan época musulmana, cuando en el lugar que hoy ocupa el Santuario se alzaba la fortaleza que seria conquistada a la vez que la ciudad de Alcaraz, quedando a partir de este momento en manos de la Orden de San Juan.
En sus orígenes, según la tradición popular el castillo recibió el nombre de Atalaya, aunque las crónicas lo denominan con el nombre de Carriz. En el Alfonso VIII de Castilla, se reunio en cortes con Pedro I de Aragón, y Sancho VII de Navarra. En estas Cortes se planificaron estrategias conjuntas para la batalla definitiva contra los almohades en las Navas de Tolosa de 1212. Mientras tanto, la ciudad de Alcaraz permanecía en manos musulmanas en un asedio que duró desde marzo de 1212, hasta mayo de 1213, momento en el que la ciudad pasaría a manos cristianas.
Nueve años después, el 1 de mayo de 1222, se aparecería en el hueco de una encina la imagen de Nuestra Señora a un pastor natural de La Solanilla, Francisco Alvarez, levantándose a partir de este momento, primero una primitiva iglesia gótica en el centro del perímetro oval del castillo, donde se situaba la antigua torre del homenaje.
Algunos investigadores defienden además la posibilidad de que en torno al Santuario se instalasen la Orden de la Santísima Trinidad y de Redención de Cautivos, fundada a principios del siglo XIII, y que mediaría en los conflictos entre cristianos y moriscos.
En 1265, se celebran en el Santuario, las Cortes Castellanas. Alfonso X el Sabio se reuniría con su yerno Jaime I de Aragón, para delimitar los terrenos de la conquista. Ambos monarcas financiaron la mejora y ampliación de la iglesia y la construcción de una hospedería. Tal acontecimiento determinarían la advocación de la imagen de Santa María que se veneraba en el Santuario, pasando a ser llamada de Cortes.
La imagen de Nuestra Señora de Cortes, aunque actualmente vestida con ricos mantos, coronas etc, es una talla completa, tardo-románica de finales del siglo XII, principios del XIII, que reprsenta a la Virgen sedente con el Niño en su regazo. Actualmente la imagen se encuentra en un lamentable estado de conservación, situación que se paliará con la próxima restauración.
En la actualidad en el santuario destacan sus trazas barrocas dadas en el siglo XVIII, resaltado sobre todo su retablo mayor, ejecutado en 1727.
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