Como sucediera con la patrona de Hellín, la Virgen del Rosario, o la no menos venerada Dolorosa de Salzillo, en los aciagos días de la Guerra Civil, los hellineros verían como desaparecía para siempre la Inmaculada Concepción del insigne escultor murciano venerada en la Iglesia de Ntra. Sra. de los Ángeles, anexa al Convento que los Padres Franciscanos establecieran en Hellín en el S. XVI.
En el año 1941, los frailes encargan una imagen de la Invicta al imaginero sevillano José Fernández-Andes, inspirada en la antigua, para que presida el rico Camarín ubicado en el Altar Mayor de la Iglesia.
Como es característico en Fernández-Andes, resuelve con maestría el siempre complicado encargo de reemplazar obras señeras sin recurrir a la burda copia. Así, emplea los recursos que en su día utilizara Salzillo, pero aportando a la obra una gran personalidad y dotándola de su estilo propio.
La Virgen fue entronizada en su camarín el 25 de Julio de 1941. Cuentan las crónicas locales de la época, que debido a las grandes dimensiones de la espectacular imagen fue especialmente complicado introducirla al interior del templo, dadas las reducidas dimensiones de la puerta principal que da acceso a su interior. Desde entonces, la devoción hacia la Purísima Concepción en Hellín no ha hecho si no engrandecerse, convirtiéndose en mucho más que un símbolo mariano para esta localidad del sureste de la provincia.
Por ello, en noviembre de 1954, en las cercanías de su festividad, deciden los Padres Franciscanos imponerle una trabajada e interesante corona imperial, que se suma a otra que ya tenía de similares características pero menor calidad. Y como no podía ser menos tratándose de una Invicta, también cuenta con una aureola de doce estrellas, que ensalza su divina inocencia.
Con motivo del 50 aniversario de su Coronación, su Cofradía realizó una serie de actos en su honor, incluida una bella procesión claustral, en la que se tuvo la oportunidad única de ver en movimiento a esta especial Imagen Mariana.
En el año 1941, los frailes encargan una imagen de la Invicta al imaginero sevillano José Fernández-Andes, inspirada en la antigua, para que presida el rico Camarín ubicado en el Altar Mayor de la Iglesia.
Como es característico en Fernández-Andes, resuelve con maestría el siempre complicado encargo de reemplazar obras señeras sin recurrir a la burda copia. Así, emplea los recursos que en su día utilizara Salzillo, pero aportando a la obra una gran personalidad y dotándola de su estilo propio.
La Virgen fue entronizada en su camarín el 25 de Julio de 1941. Cuentan las crónicas locales de la época, que debido a las grandes dimensiones de la espectacular imagen fue especialmente complicado introducirla al interior del templo, dadas las reducidas dimensiones de la puerta principal que da acceso a su interior. Desde entonces, la devoción hacia la Purísima Concepción en Hellín no ha hecho si no engrandecerse, convirtiéndose en mucho más que un símbolo mariano para esta localidad del sureste de la provincia.
Por ello, en noviembre de 1954, en las cercanías de su festividad, deciden los Padres Franciscanos imponerle una trabajada e interesante corona imperial, que se suma a otra que ya tenía de similares características pero menor calidad. Y como no podía ser menos tratándose de una Invicta, también cuenta con una aureola de doce estrellas, que ensalza su divina inocencia.
Con motivo del 50 aniversario de su Coronación, su Cofradía realizó una serie de actos en su honor, incluida una bella procesión claustral, en la que se tuvo la oportunidad única de ver en movimiento a esta especial Imagen Mariana.
Como ya anunciábamos en nuestro blog, AlbaceteMariana, del 29 de Noviembre al 6 de Diciembre tiene lugar anualmente un novenario en su honor en la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, así como la Vigilia de la Inmaculada el día 7 o la Misa de Solemnidad de la Inmaculada Concepción el día de su festividad, el 8 de Diciembre. Y es que el cierre del Convento no ha supuesto ninguna merma en la devoción que las gentes de Hellín profesan a su querida Invicta.
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